Qué comer en verano

Qué comer en verano cuando aprieta el calor

El verano trae consigo muchas horas de luz, cambios en las rutinas de casi todos y, cada vez más, altas temperaturas y olas de calor consecutivas… Todo ello conlleva la necesidad de ajustar nuestra alimentación; pero, también, implica tener en cuenta el propio manejo de los alimentos en el día a día.

Al fin y al cabo, no se trata únicamente de que una correcta alimentación nos ayude a mantenernos saludables, sino que también puede ser clave para soportar mejor los calores veraniegos y ayudar con los efectos secundarios que suelen llegar con las olas de calor, como la disminución del apetito o el cambio de biorritmos.

Los básicos para el mantenimiento de los alimentos en verano

Durante los meses de verano, las altas temperaturas pueden acelerar la maduración (y por ende la descomposición) de los alimentos, lo que puede aumentar el riesgo de intoxicaciones alimentarias ya que el calor favorece el crecimiento de las bacterias y hongos.

Estas son las recomendaciones básicas que debes tener en cuenta para mantener tus alimentos frescos y seguros durante las épocas de más calor:

  • Refrigeración adecuada: mantén los alimentos perecederos refrigerados a menos de 5°C. Esto incluye productos como lácteos, carnes, pescados y algunas frutas y verduras. Los alimentos que permanecen a temperatura ambiente por mucho tiempo pueden desarrollar bacterias peligrosas.
  • Evita la contaminación cruzada: separa los alimentos crudos de los cocidos en la nevera. Usa recipientes herméticos para evitar que se contaminen los alimentos.
  • Descongela correctamente: descongela los alimentos en la nevera y no a temperatura ambiente. Esto evita que las bacterias se multipliquen rápidamente en la superficie mientras el interior sigue congelado.
  • Limpieza regular: limpia tu nevera y los espacios de preparación de alimentos regularmente para evitar la acumulación de bacterias.

Las mejores opciones para comer en verano

El objetivo de la alimentación en verano debe ser conseguir que nos mantengamos hidratados, frescos y con energía. Si bien esto puede llevar a pensar que únicamente las comidas frías pueden ser una opción, lo cierto es que, curiosamente, las comidas calientes -además de favorecer el proceso de digestión- pueden también ayudar a la termorregulación de nuestro cuerpo.

 

Por eso, se trata de encontrar un equilibrio entre las distintas opciones que nos permita:

  • Aumentar el consumo de agua, para mantener un hidratación regular muy necesaria. Por supuesto, los alimentos con alto contenido en agua también van a ayudar a esto.
  • Comidas ligeras y frescas, donde el patrón de alimentación mediterránea puede ser de gran ayuda. La clave aquí es evitar comidas copiosas y ricas en grasa, así como proteínas muy complejas y completas que nuestro sistema digestivo necesita de más esfuerzo para digerir. Optar por legumbres como opción proteica de referencia puede ser una gran alternativa durante el verano.
  • Incorporar un extra de electrolitos naturales, ya que eliminamos muchos a través del sudor. Alimentos ricos en potasio y sodio ayudarán a reponer esos nutrientes.

Las legumbres como aliadas para comer en verano

Aunque tradicionalmente las legumbres se asocian con platos más sustanciosos de invierno, son extremadamente versátiles y pueden ser la clave para conseguir comidas ligeras y refrescantes en verano gracias a

 

  • Su aporte de alto contenido en proteína y fibra
  • Su característica de ser bajas en grasa y calorías
  • Su enorme versatilidad para platos tanto calientes como fríos

 

 

Las legumbres se pueden preparar con antelación y conservar en la nevera, lo que las hace ideales para las comidas rápidas de verano; además al ser ricas en fibra, ayudan a mantener la sensación de saciedad por más tiempo. Esto es especialmente útil en verano, cuando el calor puede reducir el apetito y llevar a la tentación de optar por comidas rápidas y menos saludables.

 

En definitiva, ya sea en ensaladas, dips o sopas frías, las legumbres son un ingrediente esencial que no debe faltar en tu cocina para sobrellevar mejor los meses de calor.