Con la llega del calorcito apetece exprimir el horario libre después de la jornada de trabajo para aprovecharlo en las actividades que más nos gustan. Una comida de verano rápida, sencilla, divertida y que guste a toda la familia es siempre la opción más acertada. Y más aún si es posible llevarlos y comerlos dónde quieras.
Que llegue el verano en ocasiones es sinónimo de desorden, entradas y salidas a horas más tardías, cambios en las horas de comer, modificaciones en la rutina habitual, etc. Esto puede hacer que nuestro organismo se resienta y pida a gritos volver a la normalidad. Por eso no pierdas de vista algunas pautas básicas que no debes descuidar en verano:
Realizar 5 comidas al día: No te saltes ninguna, es importante ir recargando con gasolina nuestro motor que es el cuerpo y la mente. Desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, en cantidades moderadas, son las comidas que precisa tu cuerpo para estar a tope. Si mantenemos esta pauta evitaremos picar entre horas alimentos poco nutritivos.
Mantener una hidratación óptima: Si bien la comida es fundamental, ni hablamos del agua u otras bebidas hidratantes. Con el calor perdemos agua mucho más rápido y es por ese motivo que debemos reforzar la hidratación y el consumo de agua.
Lo ideal es tener siempre a mano para evitar golpes de calor o malestar.
Formas de cocinar: Los pucheros y guisos hasta que no vuelva el frío creemos que se quedan al fondo del armario como los abrigos. Apetece más cocinar platos ligeros como ensaladas, hummus, gazpacho… Y preparar cosas a la plancha con poquito aceite o incluso cocidas que podamos enfriar y comer fresquitas. Y también, por supuesto, recetas que se puedan llevar a todas partes: a la playa, a la piscina, a la oficina…
Como estos deliciosos burritos de garbanzos con toque picante una comida de verano ¡buenísima!