¿Te gustan los guisantes? Entonces te gustan las legumbres. Tal y como lo lees. Hoy te contamos origen, propiedades e ideas para incorporar guisantes en tu dieta. ¡Sigue leyendo!
Las legumbres son una parte fundamental en cualquier dieta equilibrada, pero a menudo olvidamos o desconocemos totalmente que los guisantes pertenecen a este grupo de alimentos. ¿Sabes de dónde vienen los guisantes y todas las posibilidades que tienen? ¡Te lo contamos!
Origen de los guisantes.
El guisante es uno de los cultivos más antiguos. La planta silvestre es originaria de la región mediterránea y en Oriente Medio se han encontrado restos antiguos que datan del Neolítico tardío.
Los testimonios más antiguos del cultivo del guisante lo sitúan en Birmania y Tailandia, regiones donde fueron muy populares. Se especula que fue cultivado por primera vez en Asia Central, extendiéndose luego hacia el Oriente Próximo y Norte de África.
Las civilizaciones griegas y romanas lo consumían y esta última lo introdujo en las islas británicas, popularizando su cultivo además en toda Europa.
Y sí, son legumbres. Debido a su aspecto, tipo de consumo y propiedades es habitual considerar los guisantes como si fueran una verdura, pero nada más lejos de la realidad: pertenecen a la familia botánica de las leguminosas.
Propiedades y beneficios de los guisantes.
Nos gusta decir que las legumbres son un superalimento y el guisante no es una excepción: contiene vitaminas, proteína vegetal y minerales. También tiene betacaroteno y alfacaroteno, dos antioxidantes que son vitales para la salud de nuestros ojos, piel y mucosas.
El guisante es rico en fibras que ayudan a regular el tránsito intestinal y reduce el nivel de colesterol en la sangre gracias a su contenido en luteína, un antioxidante natural que ayuda a filtrar la luz azul y protege los ojos de los rayos del sol.
Tiene un alto contenido en nutrientes beneficiosos para el crecimiento, embarazo, lactancia y vejez, y controla los niveles de azúcar en la sangre, siendo muy beneficiosos para los enfermos de diabetes tipo II y ayudando al sistema nervioso a cumplir su función de manera correcta. Además, su gran aporte en hierro mejora el estado de ánimo y previene la anemia.
¡Tan pequeños y con tantos beneficios! ¿No te dan ganas de comerte unos ahora mismo? ¡Vamos a contarte unos consejos e ideas para que te animes!
Consejos e ideas para cocinar guisantes
Uno de los errores más habituales a la hora de consumir cualquier legumbre es equivocarnos con su tiempo de cocción. Y es que cada una tiene su momento y su manera precisa de hacerlo, y los guisantes también. El tiempo de cocción de nuestros guisantes es de 40 minutos en olla normal o 25-30 en olla exprés.
El procedimiento es sencillo: llevamos el agua a hervir, echamos un poco de sal y calentamos a fuego medio el tiempo requerido. El truco está en no dejar que el agua vuelva a hervir con nuestros guisantes dentro, ya que así se perdería aroma y color.
Otro truco que funciona es cortar la cocción con agua fría para evitar que el calor remanente de nuestros guisantes siga cocinándolos.
Los guisantes están tan buenos que son una de las guarniciones que siempre nos acuden a la mente cuando pensamos en un acompañamiento infalible, ¡pero son mucho más! Como buena legumbre, nos gusta pensar en ellos como “La Nueva Pasta”: sencillos de cocinar, siempre disponibles, versátiles y que gustan a todo el mundo. ¿Qué más se puede pedir siendo tan saludables?
No sólo son el complemento perfecto, también pueden ser el ingrediente principal de un primer plato de nuestro menú equilibrado. Por ejemplo, con nuestra variedad de guisantes pelados y partidos por la mitad para tu comodidad, puedes realizar una deliciosa vichyssoise o crema de guisantes, que puedes comer fría o caliente, o un untable tipo hummus de aperitivo.
Y qué decir de los célebres guisantes con jamón o guisantes salteados de cualquier manera, ¡un clásico en todos los menús! En India se consumen con pollo y hierbabuena o pochados con patata y curry, ¡espectaculares!
Podríamos seguir hablando de todas las formas de las que nos comeríamos unos guisantes pero creemos que lo mejor es que las pruebes tú. En crema, en hummus, en guarnición o como primer plato, hay muchísimas posibilidades y todas buenísimas. ¿Te animas a experimentar?