Las legumbres como alimentos del futuro

En un mundo en constante evolución, ¿qué retos les esperan a las legumbres como alimentos del futuro? La realidad es que enfrentamos desafíos cada vez mayores en el ámbito de la alimentación y la sostenibilidad y ello conlleva reflexionar sobre cuáles son los retos que nos esperan en el futuro, así como las oportunidades que tenemos a nuestro alcance para promover un estilo de vida saludable y sostenible, también a través de la alimentación.

Principales desafíos para los alimentos del futuro

¿Qué podemos esperar en cuanto a la alimentación del futuro? Hay factores globales que, sin duda, van a afectar al desarrollo y producción de los alimentos y, por tanto, en nuestros hábitos de consumo. Como principales podemos destacar:

 

  • El cambio climático y la escasez de recursos que implica

El cambio climático está afectando la disponibilidad de recursos naturales, incluidos los suelos fértiles y el agua dulce, necesarios para la producción de alimentos. Este desafío requiere un enfoque sostenible en la agricultura y la selección de cultivos que sean resistentes y adaptables a las condiciones cambiantes del clima.

 

  • La pérdida de biodiversidad

La industrialización agrícola ha llevado a la pérdida de biodiversidad, con la disminución de variedades de cultivos y la dependencia de monocultivos. Es crucial preservar la diversidad genética de las plantas, para garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo.

 

  • El crecimiento de la población y, por tanto, sus demandas alimentarias

Con una población mundial en constante crecimiento, se espera un aumento en la demanda de alimentos.

 

Los retos de las legumbres

Las legumbres no son ajenas a los factores anteriores. De hecho, precisamente pueden actuar como una buena respuesta ante ellos gracias a su

  • Capacidad de nutrición óptima, al ser una fuente incomparable de proteínas vegetales, fibras, vitaminas y minerales esenciales

 

  • Eficiencia en el uso de recursos, ya que en comparación con la producción de proteínas animales, por ejemplo, la producción de legumbres requiere menos tierra, agua y emite menos gases de efecto invernadero. Son cultivos resistentes y pueden crecer en condiciones adversas, lo que los hace ideales para la agricultura sostenible

 

  • Amplia versatilidad en cuanto a su consumo, gracias a su sabor suave y capacidad para absorber sabores, lo que junto con sus propiedades nutricionales las convierten en una opción culinaria completa, deliciosa y adaptable

 

Pero aun teniendo toda esta parte positiva, las legumbres también deben hacer frente a sus propios retos y desafíos. Algunos de ellos son:

 

  • La tendencia decreciente en su cultivo – y también consumo – en España y Europa desde hace más de medio siglo. Por ejemplo, en España, abríamos esta década en la que estamos con un 20% menos de superficie cultivada para producción de leguminosas, si bien la búsqueda de hábitos cada vez más saludables da cierta esperanza y optimismo hacia que sea una situación reversible a medio plazo.

 

  • Su “mala” imagen, como producto envejecido o solo apto para platos clásicos y no adaptables al día a día. Sin embargo, su enorme versatilidad está desmontando a pasos agigantados esta creencia y, hoy en día, puedes tener un amplio recetario para todos los gustos con las leguminosas como protagonistas.

 

  • Su asociación con dietas “pobres”: precisamente la eficiencia que permiten en su producción hacen de ellas una opción más económica frente a otros alimentos. Pero lejos de ser sustitutas, se han ganado por derecho propio su protagonismo en la dieta mediterránea, de la que forma parte desde hace más de 10.000 años.

 

El futuro de los alimentos: saludable y sostenible

En un mundo donde la seguridad alimentaria y la sostenibilidad son cada vez más importantes, a la vez que necesitamos tener en cuenta las necesidades de una población mundial creciente, donde la desnutrición y la obesidad se retan entre ellos como principales desafíos a los que mirar, las legumbres emergen como una solución integral.  ¿Por qué? Porque al decidirnos por una dieta rica en legumbres no solo impulsamos la apuesta por promover prácticas agrícolas sostenibles, sino que también contribuimos a enfrentar los desafíos futuros de manera efectiva y global para poner nuestro granito de arena y cultivar un futuro donde la alimentación saludable y sostenible sea accesible para todos.