Definir la comida rápida (o fast food) no es tarea fácil, puesto que la diversidad de opciones en esta categoría ha crecido exponencialmente. No obstante, este tipo de propuestas culinarias suele reunir una serie de características propias: favorece una preparación y consumo rápido, funciona específicamente bien en un consumo informal (especialmente con la mano) y se adapta al rango más económico dentro de las propuestas gastronómicas.
Si solo nos centramos en esos atributos, su mala fama no estaría explicada. Por eso, resulta importante entender a qué se debe y qué opciones tenemos como alternativas para realmente disfrutar de una comida rápida y sana a la vez.
La mala fama de la comida rápida
¿Por qué asociamos entonces comida rápida con una opción poco saludable? Se debe en gran medida a que los platos que identificamos dentro de este tipo de alimentos suelen coincidir en:
- ser alimentos ultraprocesados con una baja calidad nutricional
- ofrecer un elevado aporte calórico
- incluir cantidades excesivas de azúcares añadidos
- aportar grasas saturadas e hidrogenadas
- llevar gran cantidad de sal
- contar con aditivos y conservantes
- favorecer un escaso aporte de proteínas
Si juntamos todos estos factores es lógico entender que el consumo y abuso de la comida rápida tradicional pueda estar asociado con el aumento de peso, enfermedades cardiovasculares, etc.
¿Cómo podemos entonces disfrutar de una comida rápida y sana?
Claves de una comida rápida y sana
Combinar ambos conceptos es posible si seguimos las siguientes pautas
- Cocina casera – en la medida de lo posible, si elaboramos nosotros mismos los platos de cocina rápida (pizza, hamburguesas, etc.) podemos optar por ingredientes más naturales eliminando las opciones ultraprocesadas, además de controlar el aporte de aditivos que incluyan azúcar, sal o grasas.
- Busca alternativas – Por ejemplo, a la hora de optar por platos como las hamburguesas, podemos optar por opciones basadas en legumbres y verduras; que nos permitirán disfrutar del mismo plato y un sabor igual de delicioso, pero con un aporte menor de grasas y más alto en vitaminas
- Equilibrio – Para hacer una correcta combinación en estas recetas de comida rápida de los nutrientes básicos (carbohidratos, proteínas y grasas, además de vitaminas, minerales y fibra). Equilibrando estos componentes haremos, definitivamente, de la comida rápida, una opción también sana.
Legumbres: tus aliadas para una comida rápida y sana
¿Quieres ideas de cómo disfrutar de una comida rápida y sana? Apunta estas opciones porque te harán disfrutar y cuidarte ¡a partes iguales!
- Nuggets de no pollo, porque los nuggets son siempre opción ganadora. Muy fáciles de preparar y que permiten horno en vez de fritura: ¡el no va más en cuanto a rápido y sano!
- Sandwich de garbanzos y aguacate, como alternativa perfecta a una comida rápida y fresca en verano, que funciona fenomenal, además, ‘on the go’
- Pizza, ya sea con base de soja texturizada o con base de lentejas, la pizza es siempre un plan perfecto. Y una gran alternativa para incluir a los más pequeños en esto de cocinar comida rápida más sana
- Hot dog vegetarianos, con base de garbanzos y abierto a la personalización con los acompañantes que más te gusten. Una opción ideal para compartir entre amigos.
- Burger de alubia roja: porque no podía faltar la estrella de la comida rápida, ¡la hamburguesa! Una opción diferente y deliciosa que además aportará más proteínas vegetales a tu dieta
Ahora ya tienes todas las claves para disfrutar de una cocina rápida y sana… ¿cuál va a ser la primera receta con la que te vas a lanzar?